Cuando las termitas invaden una casa, no hay nada
que hacer. Si es de madera, pueden socavarla totalmente. Si se meten en
la madera de algún mueble, silenciosamente se la van comiendo, hasta
cuando ya no tiene remedio (Creces, abril de 1999, pág.6). Lo curioso es
que las termitas no tienen capacidad para digerir la madera, porque no
pueden degradar la celulosa. Para lograrlo se han asociado con
bacterias que se alojan en su intestino. Las termitas raspan la madera y
se la tragan. Las bacterias de su intestino se encargan del resto. El
efecto final es devastador.
James
Traniello de la Boston University, está empeñado en buscar algún hongo
que ataque a las termitas y que termine matándolas. Ha encontrado que el
"Metarrhizium anisopliae" sería el hongo apropiado. "Como ellas viven
en condiciones muy estrechas, es fácil que la infección de una se
extienda a toda la colonia", afirma Traniello. Pero las termitas son
porfiadas y han desarrollado un sistema de alarma, de modo que apenas
una de ellas se infesta, se lo comunican inmediatamente al resto de la
colonia para que tome sus medidas.
Traniello descubrió cómo lo hacen. Para ello elaboró un nido en un trozo
de madera, construyendo una galería que la dividió a lo largo en dos,
poniendo entre ellas una malla como barrera. Las termitas en esta
galería, pueden escapar a través de pequeños túneles laterales. Con
esta arquitectura del nido, infestó un lado de él, con el hongo M.
anisopliae. Sus esporas rápidamente infestaron a las termitas que se
encontraban a ese lado. Se adhirieron a su superficie y allí se
multiplicaron, terminando con la muerte de ellas, porque las esporas
fabricaban una toxina letal para las termitas.Cuando aún la concentración del hongo en la superficie de la termita era baja, éstas se restregaban unas con otras, tratando de desprenderse de las esporas. Pero si la cosa empeoraba, comenzaban a mover sus cabezas en diferentes direcciones, con lo que producían vibraciones.
El investigador descubrió que las termitas del otro lado percibían esta señal sísmica en sus piernas, con lo que entre ellas "cundía el pánico". Rápidamente escapaban por los túneles laterales. Según Traniello, es como si les dijeran: "salgan rápido del área". En pocos segundos no quedaba ninguna.
El investigador cree que la alarma es en realidad una vibración, ya que si las paredes de los túneles las cubría con una esponja que amortiguaba las vibraciones, las termitas no escapan. Con ello descarta que se trate de una señal química.
La investigación es interesante, pero no se puede afirmar que sea una solución factible para expulsar las termitas. Hay que seguir investigando para encontrar cómo aplicar esta tecnología.
No comments:
Post a Comment