El calentamiento global permitirá la extensión en altitud y latitud
de las poblaciones de garrapatas y como consecuencia el incremento de
enfermedades que transmiten estos artrópodos.
¿Hay más garrapatas por el cambio climático o simplemente nos preocupamos más?.
Esta es la pregunta que se hacen desde sectores médicos y veterinarios
para llegar a la conclusión de que 1 grado de aumento de la temperatura
al año dispara su reproducción y su hábitat y con ello el riesgo en la
salud pública.
Se pegan al cuerpo al pasar por medio de arbustos o pasto y a
partir de ahí las garrapatas se desplazan hasta su objetivo, lugares del
cuerpo calientes y húmedos como las axilas o el cabello donde se
adhieren a la piel y chupan la sangre. Comunes hasta ahora en parajes
boscosos y pastizales, el cambio climático ha propiciado una expansión
de estos parásitos en todo el mundo.
Las garrapatas son parásitos que se alimentan de la sangre de
animales vertebrados (incluidos perro y hombre) para completar su ciclo
vital dependiendo este de la temperatura externa, humedad e intensidad
de luz entre otros factores, aunque su periodo más activo suele
coincidir con la época del año comprendida entre primavera y otoño.
Estos artrópodos vectores cuya presencia se incrementa notablemente con
las altas temperaturas se encuentran presentes en todo el mundo, a
nivel de parques públicos, jardines piscinas e incluso en los hogares.
Teniendo en cuenta que una hembra puede poner de 1.500 a 2.000 huevos
que evolucionan en un período de 17 a 30 días, la expansión de las
garrapatas puede ser desorbitada.
El Centro Europeo para la prevención y control de enfermedades
(ECDC) ha hecho público un informe que reafirma la relación directa
entre el cambio climático y el incremento de densidad y expansión de la
distribución de ciertas especies de garrapatas que actúan como
transmisoras de enfermedades graves para la población.
Este informe asegura que la distribución se verá ampliada en los
próximos años, apareciendo casos graves de sintomatologías físicas en
zonas en las que hasta ahora no existían.
Se pueden enumerar infinidad de patologías que esta parásito
transmite desde la enfermedad de Lyme o borrielosis, hasta la fiebre
botonosa o la encefalitis pasando por la fiebre hemorrágica de
Crimea-Congo.
Aunque el mayor número de casos se da en personas con una exposición
directa a campos de cultivo o animales, el resto de ciudadanos no
estamos fuera de peligro.
Qué hacer si se encuentra una garrapata en el cuerpo
Autoexploración. Los expertos recomiendan para evitar la
propagación de enfermedades por parte de este parásito que si se sale al
campo a realizar cualquier tipo de actividad al volver a casa cada uno
se haga una autoexploración del cuerpo. Se detectan a simple vista, por
la aparición de un punto rojo en el cuerpo.
En el caso de encontrarse una garrapata los expertos recomiendan
que si existe un centro médico cercano se acuda a él para la extracción
del parásito.
Extracción con pinzas. No hay ningún remedio químico para
erradicarlas, así que si no se encuentra cerca de un centro de salud,
hay que extraerla con unas pequeñas pinzas. Para ello hay que agarrar la
garrapata cerca de la cabeza o de la boca con pinzas. No hay que usar
los dedos sin guantes. Hay que tirar del parásito hacia afuera con un
movimiento lento y firme, con cuidado de no aplastarla y de no dejar la
cabeza incrustada en la piel. Se puede usar un poco de aceite de oliva
para facilitar la extracción. Después se lava el área con agua y jabón.
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